sábado, 14 de agosto de 2021

Precioso documento original que se conserva en el archivo parroquial de Magdalena, Jalisco

Milagro del Santo Cristo de este convento de La Magdalena

Año de 1671

 

En el pueblo de La Magdalena de la Nueva España en 29 días del mes de septiembre de este presente año de 1671 años:  Juan López de Aguilar, teniente nombrado por el capitán Rodrigo Jiménez, alcalde mayor de la Provincia de Etzatlán, de la Santa Hermandad, por Su Magestad. 

 

Por cuanto este dicho mes y año en este pueblo de La Magdalena, sucedió como a las doce del día poco más o menos.  Habiendo tenido noticia el guardián de este convento, fray Juan Bañuelos y el padre fray Francisco Ponce asistentes en este convento que el domingo que se contaban 27 del dicho mes, una Imagen de Cristo Nuestro Señor Crucificado que estaba puesto en la puerta de dicho convento entre el púlpito y la puerta por donde salen las misas.  Puesto en la pared sobre un petate, había sudado.

 

Y yendo los dichos padres este día 29 de septiembre a quitarle de donde estaba y algunos naturales que vinieron a bajarle.  Bajándole al suelo, le vieron unas gotas de sudor todo en redondo de las costillas de la parte del costado y viéndole así, fueron e hicieron que se me llamara. A lo que fui y vide por vista de ojos las GOTAS DE SUDOR DE COLOR DE SANGRE.

 

Y llevándole al altar mayor, sin tocarle, poniéndolo encima del altar a vista mía y de todo el pueblo que ocurrió en esta ocasión a la iglesia, fue multiplicándose el sudor por todo el cuerpo, frente y rostro y por brazos que estaban llenos de polvo y tierra brotaban las gotas que se mojaba el polvo que tenía en los brazos y cuerpo.   Y habiendo limpiado por segunda vez con unos algodones, tornó a sudar que corría dicho SUDOR DE SANGRE por su santísimo cuerpo a vista mía y de todos los del pueblo.

 

Y visto por los dichos padres, el padre fray Francisco Ponce me pidió se hiciera la diligencia que se hizo para ver si había fraude o engaño en esto.  Y así, quitándole la corona y las potencias, volviéndole la cabeza abajo y los pies arriba me dijo:

 -Vuestra merced haga exactas y mire con toda atención y cuidado los agujeros que tiene en la cabeza donde se ponen las potencias si cae por ellos alguna agua o si está húmedo-

Y la misma diligencia se hizo en los agujeros de las manos y de los pies y clavos y registrándose todo el santo cuerpo y costado.


Y certifico y doy fe y verdadero testimonio y todo lo dicho y verdadero según y como al pie de la letra. Y para mayor fuerza, habiendo visto el portentoso milagro que Su Divina Magestad obró presente a todos los de este pueblo así españoles como naturales que se hallaron presentes y vieron sudar.

Y con los testigos de mi asistencia los llamé para que firmasen este, mi testimonio, conmigo que lo fueron:  Martín de Murrieta, Martín de Virguete y Antonio Guevara, Diego de la Águila y Francisco Guevara, Nicolás de Rojas, Bartolomé de Salmerón españoles y vecinos de este dicho pueblo y yo, el dicho teniente lo autorizo como juez receptor por no haber escribano público ni real en esta jurisdicción ni en muchas leguas en contorno ante quien pasen los escritos de este juzgado: doy fe.

 

JUAN LÓPEZ DE AGUILAR                                           BARTOLOMÉ DE SALMERÓN


Detalle del Señor Milagroso de Magdalena,Jalisco.
La Imagen de la que trata el documento anterior
 actualmente se resguarda y venera en el mismo pueblo.


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