lunes, 24 de junio de 2013

1596, ni fundación ni parroquia para Magdalena

Los seres humanos tenemos la necesidad de conocer nuestro origen.  Magdalena ha vivido años escudándose en un pasado glorioso que también es común a todos los grupos sociales.  Hace unos años se celebró con bombo y platillo la fundación parroquial en el año de 1596, un 22 de julio.  Hubiera sido jubilosa la coincidencia de la erección parroquial con la festividad de la santa patrona de Magdalena que es una total desconocida para sus parroquianos.

Santa María Magdalena en un óleo neoclásico. 


Hay que considerar que no es lo mismo la "fundación" que la "erección o elevación parroquial" para que exista parroquia debe existir una población, es decir, sin fundación no hay parroquia, por lo que la fecha de la fundación debe ser anterior a la de la erección parroquial.  Otro detalle que debemos considerar es que, "poblamiento", "repoblamiento" o "reducción" no es lo mismo que "fundación" ni los ritos ni los derechos eran los mismos entre unos y otros.  Al final esta vez nos incumbe solo la mágica fecha del 22 de julio de 1596.

Durante el lago período en que la mayor parte del continente americano fue parte de España el Rey era cabeza no solo del gobierno civil sino también del gobierno de la Iglesia.  Aún las órdenes del Papa tenían que recibir el visto bueno de Su muy católica Magestad. Cardenales, arzobispos, obispos y prelados de las órdenes radicadas en España así como las Arquidiócesis, diócesis y parroquias eran creadas según el arbitrio del Rey.  Por si fuera poco del 28 de junio de 1596 al 11 de marzo de 1598 la diócesis de Guadalajara, a la que pertenece Magdalena, no tenía obispo.  El 22 de julio de 1596 no había obispo y el rey Felipe II se encontraba cerca de la tercera bancarrota de su joven gobierno y la guerra con Francia.

Felipe II rey de España en un óleo de Tiziano.


El 20% de la riqueza de la corte española estaba financiada por ingresos religiosos.  El diezmo era cobrado por el Rey y no por los obispos ni el Papa.  Cualquier documento oficial debía ser sancionado por el Rey mediante las “Reales cédulas” que, claro está, tenían un costo y su pago iba a financiar las mal administradas arcas del Corona Española.  Eso no quiere decir que no se hayan fundado parroquias entre 1596 y 1598.  Muchas veces los obispos locales fundaban las parroquias y luego pedían al rey que las hiciera oficiales mediante la real cédula correspondiente. 

En marzo de 1596 se despachó una Real cédula de la escribanía del Rey donde se menciona la parroquia de Santa María Magdalena de Xuchitepec.  Se sabe que el documento llegó al cabildo eclesiástico de Guadalajara que gobernaba en ausencia del obispo pero el documento fue reservado hasta el nuevo obispo que fue Alonso de la Mota y Escobar quien tomó posesión en marzo de 1598, es decir, dos años después. Pero solo existen registros de la salida del documento y de la recepción pero desconocemos el contenido.


De lo que podemos estar seguros es que la parroquia de Magdalena no fue elevada en 1596 ni un 22 de julio y que tampoco tomó su nombre por la devoción a Santa María Magdalena.  En algún momento dado entre 1545 y 1596,   La Magdalena fue erigida en parroquia como lo demuestra un documento que ha sido público desde hace muchas décadas y que no fue erigida en el seno de la diócesis de Guadalajara sino en otro obispado más lejano y con el que ya ningún vínculo la une. 

La actual sede parroquial y santuario del Señor Milagrosa ni siquiera es la sede original de la parroquia de  La Magdalena, El único fragmento originario de 1604 es el retablo central del semicírculo, el resto ha sido añadido en años posteriior y muy recientes.


miércoles, 12 de junio de 2013

El escurridizo y dudoso Goaxícar

Fray Antonio Tello en su Crónica Miscelánea de la Sancta Provincia de Xalisco pone de relieve el peligroso panorama que tenían los conquistadores europeos para establecer el reino de la Nueva Galicia en América.  En ese marasmo de caos, la figura de los franciscanos es exhaltada como los creadores de la paz para establecer la civilización.  Entre 1524 y 1604 se suceden unos a otros múltiples intentos de alzamientos contra la Corona Española  por odio a la fe católica o al menos así lo hace ver Tello que escribió 150 años después de que los acontecimientos habían ocurrido. 

Entre esos alzamientos se encuentran los de Goaxícar, el tlatoani o cacique de las comarcas de la laguna de La Magdalena que puso en riesgo en 1527 la conquista de la zona que hoy conocemos como Valles de Jalisco (según Tello) y padre de la mítica Neovilt según Ceseña. Luego en 1541 participó en la guerra del Mixtón, en 1569 y 1574 vuelve a aparecer en otras dos insurrecciones y una última en 1604.  77 años transcurren entre la primera y la última aparición de Goaxicar y no se registra su muerte.  Para la época una edad casi milagrosa y sin considerar que en 1524 o 1527 Goaxícar debía tener al menos unos 20 años de edad (someramente).  

La narración de Goaxícar fue repetida por Dávila Garibi y Perez Verdía y algunos otros más.  Alonso Suarez nos da una idea más clara de lo que ocurre con Goaxícar cuando en 1541, el virrey Antonio de Mendoza, hace campamento en La Magdalena y desde allí envía a Cristóbal de Oñate a perseguir a Goaxícar que se había internado en las barrancas del Río Grande hacía Hostotipaquillo.  Menciona también que muchos pueblos de la comarca llevan el nombre del cacique y esa es la única referencia histórica distinta a las fuentes emanadas de Tello que nos hablan de un personaje llamado Goaxícar por lo que su existencia no está en tela de juicio.

Representación idealizada del "Goaxícar" en la plaza principal de Magdalena, Jalisco que no fue un  personaje sino el título de la dinastía de gobernantes de un señorío prehispánico.


Tras la muerte de Fray Juan Calero, los indígenas de Tequila se justifican de ella diciendo que habían sido "los del Goaxícar" y Chirinos aclara tras el comentario "que son los de la Magdalena" por lo que existe la probabilidad que Goaxícar no haya sido solo uno sino más bien una dinastía de gobernantes que llevaban ese título.  "Goaxicar" se deriva de dos vocables prehispánicos "Coatl" y "Xicari" la "Serpiente de la jícara". Animal muy abundante en la laguna de La Magdalena que los indígenas llamaban "Xicarí" o "La Olla" según Cerezo, Coria y Chirinos quienes también hacen una relación más minuciosa de de lo que pudieron observar en 1527. Cerezo habla de que al gobernante le llaman "Goaxícar" y vive en la isla de Atitlán en medio de la laguna donde había "cúes" es decir adoratorios de piedra con enjarre y colores pero que, además, a la región por el gobernada le llamaban "Goaxícar".

Mapa del reino de la Nueva Galicia, 1550 ca. resguardado actualmente en el Archivo Real de Sevilla.  Se nota la región denominada "Goaxixicar", el monograma y la laguna de Magdalena con las tres islas, en la de Atitlán se dibuja un templo cristiano de cal y canto.  Introducido por recomendación de Aurelio Martínez.



Y esa es la única referencia que tenemos de un personaje llamado “Goaxícar” que tomaba su nombre del tótem del pueblo que gobernaba, la serpiente de agua dulce que vivía en tres mundos sagrados el agua, el aire, la tierra y podía comunicarse al inframundo donde vivían los muertos. Goaxícar puede no ser un nombre propio sino más bien el título de un gobernante tal como los tahínos llamaban cacique a su gobernantes y los aztecas tlatoani a su señor.  Por lo tanto, el Goaxícar gobernaba una extensión de tierra que llevaba su nombre como Goajacatán o Goaxícori.  Goaxícar no hubo solo uno sino que fue una dinastía de gobernantes que no sucumbió a la dominación española y cuyo misterioso destino desapareció en los fondos barrancosos del Nayar.

El virrey Antonio de Mendoza que en 1541 encabezó el ejército que puso fin a la insurrección del Mixtón.
Gracias a su presencia en Magdalena tentemos una de las referencias más claras de un personaje cuyo título y no nombre era "Goaxícar".



miércoles, 5 de junio de 2013

La conveniencia de llamarse "Magdalena"


¿Entonces porqué “Magdalena”? No se puede dejar pasar de largo la cuestión.  Ubiquemos a ese pequeño pueblo enclavado en un paisaje que es totalmente distinto al que actualmente podemos observar.  En el siglo XVI, las faldas de los cerros que rodean el Valle estaban bañadas por las aguas de una laguna que contenía tres islas.  El clima era frío según lo relata Mota Padilla.  La orilla norte, a las faldas del actual cerro de La Magdalena y extendido hasta el Cerro Viejo había un grupo de indígenas supeditados al gobierno de la isla de Atlitic.  Era el viejo asentamiento de Guajacatlán o Xuchitepec. 

En 1490 nacía en Guadalajara, la de España, el niño Nuño Beltrán de Guzmán Figueroa fruto del matrimonio entre Beltrán de Guzmán y su prima Magdalena de Guzmán. Con el pasar de los años, el lustre familiar le permitieron que el rey Felipe II le otorgará la presidencia de la Primera Real Audiencia de la Nueva España colocándolo en un puesto ventajoso frente al conquistador Hernán Cortés quien ostentaba ya el título de Marqués del Valle.

Las ambiciones de Nuño Beltrán iban más allá de quedarse a dirimir las querellas de los vecinos de la ciudad de México.  Obteniendo noticias de que el territorio se extendía hacía el norte y bajo pretexto de buscar una comunicación entre la Mar del Sur y el Pánuco se dirigió al Noroccidente del actual territorio mexicano con el fin de hacerse de una conquista propia.

Entre 1529 y 1531 se internó, en compañía de otros españoles y alrededor de 10 mil indígenas, en el territorio que hoy conocemos como Jalisco.  Nuño Beltrán de Guzmán hizo entró a Etzatlán donde fue bien recibido por los indígenas de toda la región.  En su compañía estaban los encomenderos de ese pueblo Juan de Escarcena y Diego de Coria.  La sangrienta táctica con la que Beltrán trataba de sojuzgar a los pueblos indígenas a su conquista explotó la división entre el grupo de los conquistadores hasta la llegada de Cristóbal de Oñate quien entró a Etzatlán desde el “norte”, es decir, por Xochiltepec al encuentro con Guzmán.

Conquistadores españoles y tlaxcaltecas ingresan a Jalisco. Códice Telleriano Remenensis 1545 c.



Oñate, Coria y Escarcena ordenaron a los indígenas de Etzatlán se dispersaran antes que Guzmán les pidiera la obediencia.  Guzmán, molesto por ello, abandonó el pueblo encaminado a su desgracia no sin antes dejar una guarnición de su ejército de indígenas en el pueblo de “Xochiltepec”.  Políticamente y estratégicamente le convenía a Guzmán tras el agrio enfrentamiento con Coria y Escarcena (Oñate tampoco le era amistoso).  El tal pueblo de “Xochiltepec” no tenía ninguna importancia para los encomenderos porque no les restaba poder y a Oñate le convenía tener un enclave de indígenas amigables relativamente cerca de Etzatlán.  Al seguir su camino al norte, Guzmán necesitaba asegurarse la retaguardia y no podía estar mal con los tres capitanes. Así, acordados los capitanes,  Xochiltepec incrementó su número con indígenas congregados de la región y de los traídos por Guzmán quedando fuera de la jurisdicción de las encomiendas de Etzatlán y Ahualulco pero bajo la administración del convento Etzatlán.  Al ser una nueva “congregación” de indígenas,  Xochiltepec quedaba fuera de la jurisdicción de los encomenderos de Etzatlán y Ahualulco  Ni Coria ni Cerezo ni mucho menos Oñate buscaban un pleito con el Presidente de la Real Audiencia de México móvil suficiente para que Xochiltepec recibiera como patrona a Santa María Magdalena.   No tanto por honrar a la Santa sino por agasajar al conquistador quién había perdido hacía poco tiempo a su madre del mismo nombre. 

Arriba, a la izquierda, con sombrero y armadura blandiendo una espada, Nuño Beltrán de Guzmán en el Códice Telleriano Remenensis 1545 c.

 BIBLIOGRAFÍA
Marín Tamayo, Fausto, Nuño de Guzmán: el hombre, sus antecedentes
De la Mota Padilla, Matías, Conquista de la Nueva Galicia
Tello, fray Antonio, Crónica de la Sancta provincia de Xalisco