martes, 6 de mayo de 2014

La serpiente en el agua

Vivir a orillas de un lago es un privilegio que pocos pueden tener.  En el siglo XVI, la vista que tuvieron ante sí los españoles y su ejército de indígenas fue impresionante.  No muy lejos del lago de Chapalac se extendía un nuevo lago de aguas tranquilas surcado por grandes canoas hechas de los troncos de árboles secos caídos en las cercanas cerranías.  Las chinanmpas trajinaban de un lado a otro en el seno acuoso y dos de sus tres islas estaban habitadas y tenían adoratorios y casas de “cal y canto” con cerca de mil habitantes. 

El clima era frío, es decir, no era caliente y de sus aguas salía el pescado blanco, los charales y los bagres con que se comerciaba en los pueblos de la cercanía.  Los juncos y los tules eran usados para tejer petates y cestas domésticas y parta trabajos duros.  No era de dudar que Nuño de Guzmán quisiera apropiarse de esa conquista por lo que le redituara en ganancias. 

Magdalena en la actualidad desde una fotografía que recrea la ilusión del lago perdido en 1936.
La fotografía fue tomada de internet.


La laguna de la Magdalena apenas alcanzaba los 4,5 metros de profundidad en su parte más honda en el mejor de los temporales.  Era de agua opalina y por los indígenas era llamada “coaxicari” la “jícara de la serpiente” o la “serpiente en la jícara”.  Según Coria y Cerezo, los escribanos que dieron fe de la conquista entren 1524 y 1527 en la principal de las islas residían los “señores caciques”. 

En la mitología de algunos pueblos prehispánicos la serpiente representa a la divinidad que habita en la tierra de los vivos y que puede acceder al inframundo cuando se esconde en la tierra.  A diferencia de Quetzálcoatl, la “serpiente emplumada” que puede acceder a la tierra, al inframundo y al cielo; la serpiente venerada por los antiguos habitantes de los valles de Jalisco tiene las puertas abiertas al reino del agua y no del aire.

Representación azteca de Quetzálcoatl, la serpiente emplumada.
Museo Nacional de Antropología e Historia, Cd. de México.




La enorme laguna de la Magdalena desecada de forma irracional en aras de un progreso que nunca llegó, era parte de la cosmovisión indígena.  Según las pocas personas que pudieron verla en su esplendor dicen que había algunas especies de culebras que se metían al agua y que de repente daban sustos a las mujeres que lavaban en los arroyos y los cuerpos de agua que rodeaban a la laguna.

La serpiente de agua en México es inofensiva para el hombre.  Pertenece al género Nautrix y existen muchas especies.
Fotografía tomada del blog de Sergio de Carabias http://sergiodecarabias.blogspot.mx/2013/05/excursion-de-ictiologia-extremadura.html



El cacique de esas tierras magdalenenses tomó quizá el nombre de esa entidad que podía estar al mismo tiempo en tres partes del mundo conocido por los pueblos prehispánicos el “Coaxícar” era la representación del ser que equilibraba las tres partes del mundo que le daban vida y sustento a una sociedad que desapareció antes de que su laguna se perdiera.

Serpiente del género Nautrix de agua dulce con la cabeza afuera.  Para el mundo prehispánico de Jalisco pudo representar  un ente divino.

1 comentario:

  1. Gracias por todos estos datos es bueno saber de nuestra historia...sigue escribiendo Eloy....saludos :-)

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