El sismo datado cerca de 1564 que provocó la destrucción del pueblo de Atitlán en la isla de la laguna de La Magdalena no solo permitió que el pueblo del mismo nombre asentado en la orilla norte aumentara de población sino que provocó una rencilla entre los pueblos vecinos. Tras el movimiento telúrico y la inundación de la Isla, quedaron arruinadas parte de las construcciones entre ellas, el templo que perdió todas sus imágenes incluida un Cristo crucificado de pasta de caña de maíz hecho en el taller de los Cerda en Pátzcuaro, Michoacán.
La ligereza del material permitió que unos años después, quizá después de permanecer atorado en el cieno del vaso lacustre o entre la vegetación circundante, flotó y fue encontrada por los pescadores de la zona. Como en cada pueblo que circundaba la laguna había habitantes del antiguo pueblo de Atitlán cda pueblo reclamaba para sí la imagen que flotó en el lago.
Magdalena, Etzatlán, Santa María del Oro de Naccorachi, Ahualulco, Oconahua y hasta Tequila peleaban por el pueblo que se había resguardado en el primero. El asunto se tuvo que ventilar en la Real Audiencia quien lo derivó al obispado que, para variar, no tenía cabeza. Así, la Sede Vacante del obispado de Guadalajara decidió recoger la imagen so promesa de que, sometería el caso al Obispo en cuanto lo hubiera. Era cerca del año de 1570. Así, la imagen fue embalada y llevada a la Catedral de la sede episcopal. Nunca regresaría.
El Señor de las Aguas, resguardado actualmente en la Catedral de Guadalajara, fue venerado en la isla de Atitlán. La cruz actual no corresponde a la original. |
Para mayo de 1573 tomó posesión del gobierno de la diócesis de Guadalajara Francisco Gómez de Mendiola quien ordenó que el Cristo Crucificado que ya era conocido como el "Señor de las Aguas" fuera resguardado en la catedral vieja que hoy es el templo de Santa María de Gracia. Posteriormente fue colocado en el convento de Santa Teresa provocando nuevamente conflicto entre ambos conventos.
La región de donde salió el Santo Cristo de las Aguas olvidó rápidamente la posesión. El pueblo de La Magdalena mandó hacer una imagen réplica del Santo Cristo de Amacueca, que tenía fama de muy milagroso en la época pero lo pidieron con el semblante muerto y no desfalleciente como el original. Era alrededor del año de 1590 y la fiebre de la plata comenzaba a darle riqueza al pueblo.
El Santo Cristo de Amacueca en una fotografía del Ayuntamiento de esa ciudad. Fue la base para la creación del Santo Cristo de La Magdalena. |
En algún momento de 1598, llegó a La Magdalena, cargado en una remuda, la imagen de un Cristo crucificado hecho en madera, con el semblante muerto y sobre una cruz ochavada, llegó el objeto que le daría razón de ser a La Magdalena: un Cristo crucificado de tamaño natural que fue colocado en el presbiterio sobre un petate para ser usado en las procesiones del viernes santo.
BIBLIOGRAFÍA
"Los Cristos de caña de maíz y otras venerables imágenes de Nuestro Señor Jesucristo",
Luis Enrique Orozco